¿Rendicion social o hay esperanza?

España vive la peor crisis desde el inicio de la democracia. El paro no para de subir, alcanzando cifras terribles entre los jóvenes, los precios lejos de bajar, siguen subiendo y eso que los salarios están congelados para la mayoría. Las hipotecas para colmo, también asfixian de deudas de la legión de españoles que decidieron comprar una casa hace unos años.

Para más INRI, el gobierno y los agentes sociales (sindicatos y patronal), acaban de acordar una bajada de las pensiones. Eufemísticamente lo han llamado retraso de la edad de jubilación y aumento de la cotización. Traducido al castellano significa, trabaja más y cobra menos.

Con este panorama la sociedad española debería estar furiosa. El gobierno ha practicado con premeditación y alevosía una serie de recortes sociales innecesarios durante la crisis, bien por motu propio, bien porque los mercados se lo han ordenado.

Reacción de la calle, bastante tibia. Ciertamente los ciudadanos no encontramos ahora mismo apoyo de ninguna organización importante. Los sindicatos, después del estrepitoso fracaso de la huelga del 29-S, han traicionado definitivamente a los trabajadores y adoptado una actitud complaciente con el gobierno. Y los partidos políticos (especialmente los grandes) parecen más interesados en captar el voto ciudadano que en practicar una verdadera oposición. Puesto que algunos ya han puesto el foco en las elecciones municipales y autonómicas de este año y las generales que parece que serán, irremisiblemente y por cabezonería del presidente, en marzo del año que viene.

Con lo que los ciudadanos estamos prácticamente solos. Uno podría decir abandonados. Ciertamente, en ausencia de apoyo, parecemos destinados a resignarnos y hacer lo único que podemos hacer cada 4 años. Votar. Algo que ni siquiera parece muy útil, puesto que para muchos, existen solo 2 alternativas que se mueven entre guatemala, y el guatepeor.

De ahí no extraña, que gran parte de la sociedad haya adoptado la actitud victimista, de rendición total. ¡La culpa es de los políticos! , parecen decir, metiendo a todos en el mismo saco. ¡Nada se puede hacer!

Esa actitud, de victimismo, de rendición, es la que está llevando a este país a la situación en la que estamos. 

Si seguimos tolerando y tragando este tipo de cosas, los políticos seguirán complaciendo a sus amigos, los mercados y acabando con lo poco de justicia social que nos queda. Que lejos quedan ya los discursos esos de “que la crisis la paguen los ricos” ¿verdad? La crisis la estamos pagando los ciudadanos, pienso que con todo merecimiento, puesto que no hacemos nada para evitarlo.

La pregunta inmediata que a muchos les vendrá a la cabeza es, ¿Qué podemos hacer contra el establishment? ¿Cómo podemos cambiar las cosas si solo somos simples mortales? Es precisamente esa actitud, esa pasividad, la que atrae al poder a dictadores del tipo “Mubarak” que se aferran durante décadas.

Hay que moverse, hay que actuar. Existen miles de formas para promover un gran cambio social. Hay gente que lo hace en la calle. Mucha gente forma parte de organizaciones sociales que promueven el cambio, la solidaridad y el activismo. Algunos incluso forman parte de Partidos o Plataformas políticas. Lo importante es la actitud, que no te quedes en casa a ver el Sálvame y te limites a gruñir cada vez que tu partido o equipo pierde.

Indudablemente algunos tienen más tiempo que otros. También cada uno tiene sus habilidades. Unos podrían presidir un país, mientras que otros solo podrían ayudar a gente desfavorecida. Pero ambas tareas son igual de importantes.

Tengo esperanza en el cambio. Estoy formando una plataforma política para defender la democracia directa, un sistema político en el que creo. Esta tarea me lleva inevitablemente a moverme, y contactar con otras organizaciones sociales y políticas. Y veo ganas enormes de cambio, independientemente de nuestras diferencias ideológicas. 

Quitando ese porcentaje de ciudadanos que parecen resignados a votar siempre lo mismo año tras año hasta el fin de los tiempos, veo movimiento en las capas bajas y ocultas del panorama político y ciudadano. Aquellas que no salen en los medios, ni son conocidas, pero que realizan una labor tan importante o más que la que hacen esos odiados políticos.

Creo que algún día veremos un profundo cambio social. Una revolución de la calle, un poco al estilo de lo que vemos en Egipto estos días o lo que vimos en la Transición española. No sé si será mañana, en un par de años o en un par de décadas. Pero estoy seguro de que no estamos en el mejor mundo de los posibles. Que todavía queda margen de mejora.

Alberto García para Democracia Directa